La Guerra de la Independencia Dominicana fue el proceso histórico que culminó con la proclamación de la República Dominicana y su separación de Haití en febrero de 1844. Durante los 22 años que precedieron a la independencia, toda la isla de La Española estuvo bajo el dominio de Haití, a consecuencia de la ocupación por parte de este país del estado de Haití Español, surgido fugazmente en 1822 en la parte oriental de la isla.
Después de los esfuerzos hechos por patriotas dominicanos para independizar el país del dominio haitiano, varias acciones militares ocurridas entre 1844 y 1856 terminaron por consolidar a la república como un nuevo estado. Los haitianos intentaron varias veces volver a dominar la recién creada república con resultados fallidos hasta que en 1867 Haití reconoció la independencia dominicana.
No obstante, como la situación fronteriza no quedó definida después del conflicto, Haití siguió ocupando el altiplano central, donde están emplazadas las ciudades de Hincha, Las Caobas, San Miguel de la Atalaya y San Rafael de la Angostura). Tras el tratado fronterizo de 1936, la República Dominicana terminó renunciando a esos territorios.
sábado, 21 de noviembre de 2015
Cultura dominicana
La 'cultura de la República Dominicana en cuanto a su pueblo y costumbres se nutre de la mezcla de raíces españolas, africanas y tainas. La República Dominicana fue la primera colonia española en el Nuevo Mundo. Ciertas enfermedades traídas por los colonizadores españoles que eran desconocidas para los habitantes nativos prácticamente eliminaron a la mayoría de los indígenas Taino de la isla; por lo que los colonizadores a importar cantidades muy grandes de esclavos africanos para reemplazar a los nativos. Luego de la liberación haitiana de toda la isla, la esclavitud fue abolida y negros libres (y aquellos con mezcla de razas) se diseminaron por toda las islas.
Sin embargo, existen diferencias de clase y educación que separan los diversos grupos. La élite privilegiada con alto poder adquisitivo son principalmente descendientes de españoles, (otros incluyen italianos y franceses) y en menor proporción, descendientes de africanos, mientras que la mayoría de la clase baja son mulatos principalmente de ascendencia africana y puro negros. La cultura metropolitana disponible a la clase alta y la clase media alicaída (a causa de recientes turbulencias económicas) es comparable con la vida comparable a la de los habitantes de las ciudades desarrolladas de Europa y los Estados Unidos.
Sin embargo, existen diferencias de clase y educación que separan los diversos grupos. La élite privilegiada con alto poder adquisitivo son principalmente descendientes de españoles, (otros incluyen italianos y franceses) y en menor proporción, descendientes de africanos, mientras que la mayoría de la clase baja son mulatos principalmente de ascendencia africana y puro negros. La cultura metropolitana disponible a la clase alta y la clase media alicaída (a causa de recientes turbulencias económicas) es comparable con la vida comparable a la de los habitantes de las ciudades desarrolladas de Europa y los Estados Unidos.
División territorial
Tradicionalmente, la República Dominicana ha sido dividida en regiones geográficas y culturales; estas divisiones no tenían, ni tienen, funciones políticas ni administrativas. Estas divisiones son una consecuencia de la presencia de la Cordillera Central que atraviesa el país de noroeste a sureste y prácticamente divide al país en dos partes. Hasta mediados del siglo 20, esta barrera era muy importante e impedía el intercambio entre el norte y el sur; todavía hay poca comunicación entre esas partes y es más fácil si se hace pasando por la capital, Santo Domingo.
Durante la colonia, el territorio dominicano (y de toda la isla antes de la ocupación francesa del oeste) se dividía en dos: la "Banda Norte", orientada hacia el Océano Atlántico, y la "Banda Sur", orientada hacia el Mar Caribe. Todavía en 1898, Meriño usa esta división, llamándole "Cibao" a la Banda Norte.1
Durante la colonia, el territorio dominicano (y de toda la isla antes de la ocupación francesa del oeste) se dividía en dos: la "Banda Norte", orientada hacia el Océano Atlántico, y la "Banda Sur", orientada hacia el Mar Caribe. Todavía en 1898, Meriño usa esta división, llamándole "Cibao" a la Banda Norte.1
Ocupación haitiana
La ocupación militar haitiana de Santo Domingo en 1822 fue un período histórico que duró 22 años en el cual Haití gobernó la parte oriental de la isla, imponiéndose sobre el nuevo Estado de Haití Español, el cual fue dividido en dos departamentos: situándose en la porción norte el Cibao, y en la porción sur el Ozama.
Los veintidós años de la ocupación haitiana de Santo Domingo después de un breve período de independencia son recordados por los dominicanos como un período de régimen militar brutal, aunque la realidad es más compleja. Se llevaron a cabo expropiaciones de tierra a gran escala y no los esfuerzos necesarios para la producción de cultivos de exportación, se impuso el servicio militar, se restringió el uso de la lengua española, y se trató de eliminar las costumbres tradicionales, como las peleas de gallos. Esta situación avivó la percepción de los dominicanos de sí mismos como distintos de los haitianos en "idioma, raza, religión y costumbres nacionales".[1] Sin embargo, este fue también un período que terminó definitivamente con la esclavitud como institución en la parte oriental de la isla.
Haití prohibió la constitución de los blancos de ser propietarios de tierras, y las principales familias terratenientes se vieron privadas por la fuerza de sus propiedades. La mayoría emigró a Cuba, Puerto Rico o a la Gran Colombia, por lo general con el apoyo de funcionarios haitianos, que adquirieron sus tierras. Los haitianos, que asociaban la Iglesia Católica Romana con sus amos franceses, que les habían explotado antes de su independencia, confiscaron todos los bienes de la iglesia, deportaron a todos los clérigos al extranjero y los restantes miembros del clero rompieron los lazos con el Vaticano. La Universidad de Santo Domingo, la más antigua de América y que carecía de estudiantes y profesores, fue cerrada. Con el fin de recibir el reconocimiento diplomático de Francia, Haití se vio obligado a pagar una indemnización de 150 millones de francos a los ex-colonos franceses, suma que posteriormente fue reducida a 60 millones de francos, tras lo que Haití impuso pesados impuestos sobre la parte oriental de la isla. Dado que Haití no pudo mantener adecuadamente a su ejército, las fuerzas de ocupación en gran parte sobrevivieron confiscando alimentos y suministros a punta de pistola. Los intentos de redistribución de la tierra en conflicto por el sistema de tenencia comunal de la tierra (terrenos comuneros), que había surgido con la economía ganadera, y el resentimiento de los recién emancipados esclavos hace que la administración haitiana se vea obligada a aumentar los cultivos comerciales en virtud del Código Rural de Boyer.[2] En las zonas rurales, la administración haitiana solía ser demasiado ineficiente para hacer cumplir sus propias leyes. Fue en la ciudad de Santo Domingo en la que los efectos de la ocupación se sintieron más agudamente, y fue allí donde se originó el movimiento por la independencia.
En 1838 Juan Pablo Duarte, fundó una sociedad secreta llamada La Trinitaria para intentar conseguir la independencia de Haití, más tarde se añadirían a esta sociedad Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez. En 1843 se aliaron con un movimiento haitiano cuyo objetivo era el derrocamiento de Boyer. Al revelarse a sí mismos como revolucionarios que trabajan por la independencia dominicana, el nuevo presidente de Haití, Charles Rivière-Hérard, exilió o encarceló a los principales trinitarios. Al mismo tiempo, Buenaventura Báez, un exportador de caoba azuano y diputado en la Asamblea Nacional de Haití negociaba con el cónsul francés el establecimiento de un protectorado francés. En un levantamiento cuyo fin era anticiparse al acuerdo de Báez, el 27 de febrero de 1844 los trinitarios proclamaron la independencia de la República Dominicana con el apoyo de Pedro Santana, un rico ganadero de El Seibo que comandó un ejército privado de peones que trabajaban en sus fincas.
Los veintidós años de la ocupación haitiana de Santo Domingo después de un breve período de independencia son recordados por los dominicanos como un período de régimen militar brutal, aunque la realidad es más compleja. Se llevaron a cabo expropiaciones de tierra a gran escala y no los esfuerzos necesarios para la producción de cultivos de exportación, se impuso el servicio militar, se restringió el uso de la lengua española, y se trató de eliminar las costumbres tradicionales, como las peleas de gallos. Esta situación avivó la percepción de los dominicanos de sí mismos como distintos de los haitianos en "idioma, raza, religión y costumbres nacionales".[1] Sin embargo, este fue también un período que terminó definitivamente con la esclavitud como institución en la parte oriental de la isla.
Haití prohibió la constitución de los blancos de ser propietarios de tierras, y las principales familias terratenientes se vieron privadas por la fuerza de sus propiedades. La mayoría emigró a Cuba, Puerto Rico o a la Gran Colombia, por lo general con el apoyo de funcionarios haitianos, que adquirieron sus tierras. Los haitianos, que asociaban la Iglesia Católica Romana con sus amos franceses, que les habían explotado antes de su independencia, confiscaron todos los bienes de la iglesia, deportaron a todos los clérigos al extranjero y los restantes miembros del clero rompieron los lazos con el Vaticano. La Universidad de Santo Domingo, la más antigua de América y que carecía de estudiantes y profesores, fue cerrada. Con el fin de recibir el reconocimiento diplomático de Francia, Haití se vio obligado a pagar una indemnización de 150 millones de francos a los ex-colonos franceses, suma que posteriormente fue reducida a 60 millones de francos, tras lo que Haití impuso pesados impuestos sobre la parte oriental de la isla. Dado que Haití no pudo mantener adecuadamente a su ejército, las fuerzas de ocupación en gran parte sobrevivieron confiscando alimentos y suministros a punta de pistola. Los intentos de redistribución de la tierra en conflicto por el sistema de tenencia comunal de la tierra (terrenos comuneros), que había surgido con la economía ganadera, y el resentimiento de los recién emancipados esclavos hace que la administración haitiana se vea obligada a aumentar los cultivos comerciales en virtud del Código Rural de Boyer.[2] En las zonas rurales, la administración haitiana solía ser demasiado ineficiente para hacer cumplir sus propias leyes. Fue en la ciudad de Santo Domingo en la que los efectos de la ocupación se sintieron más agudamente, y fue allí donde se originó el movimiento por la independencia.
En 1838 Juan Pablo Duarte, fundó una sociedad secreta llamada La Trinitaria para intentar conseguir la independencia de Haití, más tarde se añadirían a esta sociedad Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez. En 1843 se aliaron con un movimiento haitiano cuyo objetivo era el derrocamiento de Boyer. Al revelarse a sí mismos como revolucionarios que trabajan por la independencia dominicana, el nuevo presidente de Haití, Charles Rivière-Hérard, exilió o encarceló a los principales trinitarios. Al mismo tiempo, Buenaventura Báez, un exportador de caoba azuano y diputado en la Asamblea Nacional de Haití negociaba con el cónsul francés el establecimiento de un protectorado francés. En un levantamiento cuyo fin era anticiparse al acuerdo de Báez, el 27 de febrero de 1844 los trinitarios proclamaron la independencia de la República Dominicana con el apoyo de Pedro Santana, un rico ganadero de El Seibo que comandó un ejército privado de peones que trabajaban en sus fincas.
Descubrimiento de la isla de Santo Domingo
Santo Domingo o Isla Española fue descubierta por Cristóbal Colón, el 5 de diciembre de 1492, fecha en la que su organiz aciónpolítico – social se hallaba dividida en cinco cacicazgos, dirigidos por igual número de caciques. Los cuales eran:
Marién, gobernado por Guacanagarix; Maguá, por Guarionex, Maguana, por Caonabo; Higuey, por Cayacoa y Xaragua, por Bohechío.
El 5 de diciembre, el almirante Cristóbal Colón entra a la Isla por la bahía San Nicolás, situada en el extremo occidental de la costa norte, cerca de lo que es hoy la ciudad de Cabo Haitiano, Haití.
El 6 de diciembre llega a tierra y al amanecer del día 7, se marchó hacia el oriente llegando hasta el cabo oriental de La Tortuga, donde se detuvo y la bautizó con el nombre de La Concepción.
Cristóbal Colón procedió el día 9 de diciembre de 1492, a bautizar la Isla de Santo Domingo, con el nombre de La Española.
El sábado 15 se dirigió al puerto que denominó Paz, lugar donde estuvo, por primera vez, un encuentro amistoso con indígenas de la isla.
El Almirante se enteró en ese lugar, que el cacique principal de esa zona era Guacanagarix, que dirigía el extenso territorio de Marién, por lo que a partir de ese momento, se interesó en encontrarlo y ganarlo para su causa.
La actitud de Colón de hacer contacto con los líderes de los indígenas, explica su interés por las relaciones comerciales o sea, lo que llamaba trueque. Esta alianza, a quien convino fue a Colón, ya que a través de ella obtuvo las informaciones que deseaba en torno a La Española.
Radio Educativa Dominicana, recuerda este 5 de diciembre, el descubrimiento de la isla de Santo Domingo
Marién, gobernado por Guacanagarix; Maguá, por Guarionex, Maguana, por Caonabo; Higuey, por Cayacoa y Xaragua, por Bohechío.
El 5 de diciembre, el almirante Cristóbal Colón entra a la Isla por la bahía San Nicolás, situada en el extremo occidental de la costa norte, cerca de lo que es hoy la ciudad de Cabo Haitiano, Haití.
El 6 de diciembre llega a tierra y al amanecer del día 7, se marchó hacia el oriente llegando hasta el cabo oriental de La Tortuga, donde se detuvo y la bautizó con el nombre de La Concepción.
Cristóbal Colón procedió el día 9 de diciembre de 1492, a bautizar la Isla de Santo Domingo, con el nombre de La Española.
El sábado 15 se dirigió al puerto que denominó Paz, lugar donde estuvo, por primera vez, un encuentro amistoso con indígenas de la isla.
El Almirante se enteró en ese lugar, que el cacique principal de esa zona era Guacanagarix, que dirigía el extenso territorio de Marién, por lo que a partir de ese momento, se interesó en encontrarlo y ganarlo para su causa.
La actitud de Colón de hacer contacto con los líderes de los indígenas, explica su interés por las relaciones comerciales o sea, lo que llamaba trueque. Esta alianza, a quien convino fue a Colón, ya que a través de ella obtuvo las informaciones que deseaba en torno a La Española.
Radio Educativa Dominicana, recuerda este 5 de diciembre, el descubrimiento de la isla de Santo Domingo
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